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lunes, septiembre 27, 2010
:)
Tropiezo y caigo en la arena mojada de la orilla de la playa,
mi brazos acarician el agua que llega por debajito, sintiendo ese frio un poco encrispante y sorprendente, me quedo ahi un momento, el sol no quema, pero calienta y el agua me hace estar fresca siempre, quiero más, me quedo en ese segundo, pongo mi boca cerca de la arena, todo es salado y me rio mucho, mucho de la estupidez, de la linda estupidez.
viernes, septiembre 24, 2010
sábado, septiembre 04, 2010
Subí al Monte
Subí al fin el monte...Tacones embarrados, medias razgadas
el labial y rimel corrido, mi barba aflorando, subi como si no quedara nada más.
Por un momento pensé en el paisaje,
Por un momento te vi que me mirabas.
De mi bolsillo saqué la carta,
esa que no te envié y que no merecías.
La leí nuevamente,
La leí nuevamente en mi cabeza,
la dejé bajo la roca.
Me saqué los zapatos,
Me saqué la falda,
Me saqué la blusa,
el sostén,
Tu pañuelo
las medias,
todo,
Liberé mi miembro,
Subí a la roca.
Recordé cuando nos conocimos,
En cuando yo quise bailar contigo,
y después
Cuando te llamaba 10 o 30 veces al día,
En cuando me cortabas,
En cuando te escondías cuando pasabas con tus colegas de oficina,
En cuando decías no quererme,
Y en cuando golpeabas mi puerta,
Me acariciabas el cabello, ponías tu cara triste,
En cuando decías... ¿Volvamos?
Y en cuando te decía que si.
El día estaba iluminado, el cielo despejado, pero helado.
Helado como ese día que pensé que llegarías por tu abrigo que dejaste en el auto, era absurdo que con esa temperatura, estuvieses aun afuera.
Y eso lo había soñado, el mismo sueño de un día helado, donde yo te veía caminando por aquel callejón, fumándote un cigarro, con esa sonrisa que me mataba, tus manos en los bolsillos, silbando, los letreros iluminados, llendo a la plaza, esa plaza de las que te hablan al oído.
Si, esa plaza, donde te vi por primera vez.
La misma donde fui a buscarte, a ver si no era un sueño, no te encontré.
Llegue a mi casa, llegaste enseguida tras de mi y te conté tranquilamente de aquel sueño, tu te reíste y sin más me dijiste: "y si fuera cierto, que¡¡", yo no lo creía, miles de voces llenaron mi cabeza diciendo, te lo dije, no era, el no era, me quedé en silencio, no lo creía.
Volviste hacia mi, me tomaste de los hombros, "jamás te he querido, perra", agarraste mi cara y pasaste tu lengua por mi mejilla.
Tomaste tu abrigo, plata de mi cartera y antes que volvieras a cerrarme la puerta en la cara, alcancé la botella a medio tomar de la noche anterior y la rompí contra tu rostro.
Caíste
Silencio.
Caíste.
Sangre derramada.
Me Fui
No lloré.
Subí al monte.
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